Este viaje no fué planeado con mucha anticipación, se presentó la oportunidad y la tomé con gusto por que se tiene que vivir un Día de muertos en Michoacán mínimo una vez en la vida, y aunque fue super express, lo poquito que alcancé a conocer me encantó…

Tranvía Centro Histórico.
Primero volé de Reynosa a Guadalajara, usando el beneficio de 50% de descuento de Viva en el autobús, me fui a Morelia desde Guadalajara por $200 pesos en «La Linea», son de esos autobuses panorámicos de 2 pisos, super cómodos que hasta te dan agua, galletas y una manzana, hice aproximadamente 3 horas y media de carretera bellísima.
Al llegar, el amigo de una amiga tuvo la amabilidad de pasar por mi, mostrarme el centro histórico, y explicarme algunos datos curiosos como el de el acueducto que esta en el billete de 50 pesos, la verdad nunca me había fijado de que este billete esta completamente inspirado en Michoacán, las mariposas monarca son por el santuario, el símbolo prehispánico de Michoacán, y a José María Morelos al reverso (oriundo de Morelia).

Acueducto.
Caminar de noche por el centro histórico, entre su arquitectura barroca, colonial, iluminada de rosa, el aire fresco, se siente un ambiente especial, la gente se comienza a preparar con los altares, hay decoración alusiva a las festividades, hay flores de Cempasúchitl por todas partes.

Calzada San Diego.

Avenida Madero.

Catedral.

Letras a un costado de la catedral.

Acueducto.

Letras en plaza de armas.
Al día siguiente por la mañana comienzo mi recorrido a pie desde la plaza Niños héroes para dirigirme hacia la Catedral por toda la Avenida Madero, era un día soleado, y la temperatura de lo más agradable, en mi camino entre arquitectura de cantera rosa, ví mucho contenido en graffiti de critica al gobierno, casi 2 o 3 por cuadra.
Después de un café, me dirigí hacía Plaza de Armas, donde tomé un tranvía de tour para escuchar un poco sobre la historia del centro histórico, el cual fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1991, es el único en México que no tiene zócalo, anteriormente llamada Valladolid la ciudad de Morelia fue parte importante en la historia del movimiento de independencia.

Altar en el monumento de José María Morelos y Pavón.

Los «gaspachos» deliciosos (jicama, piña, mango, chile y queso) están por toda la calzada San Agustín.

Altares en plaza de armas.

Los Portales del Centro Histórico.
Bajando por un costado de la Plaza de Armas sobre Guillermo Prieto, caminé 2 cuadras para llegar al conservatorio de las rosas, enfrente está el Jardín de las Rosas en donde hay bares, cafés y restaurantes, pero al parecer es muy universitario el ambiente.

Jardín de las Rosas

Desfile de Catrinas sobre la Avenida Madero.

Avenida Madero.
En la noche del 1 de noviembre mis amigas y yo, tomamos un tour desde las 8 P.M. hacía Pátzcuaro, donde hicimos casi una hora, por que había un poco de tráfico al entrar, llegamos al puerto donde esperamos la lancha que nos llevaría a la isla de Janitzio en aproximadamente 20 minutos.

Lago de Pátzcuaro.

Janitzio.
Subimos hacía la estatua de Morelos, caminando en calles empedradas, entre puestos de comida típica, artesanías y un ambiente muy de fiesta.
No alcanzamos a subir al mirador que está en el puño del monumento 😦

El monumento a Morelos que está en la cima de la isla.
Visitamos el panteón de Janitzio, donde a pesar del frío la gente arma altares a sus difuntos, prenden velas, llevan ofrendas y se quedan toda la noche ahí, pues según la tradición, ese día es una oportunidad en la que sus seres queridos fallecidos pueden regresar a convivir con ellos.

Panteón de Janitzio.
De ahí aproximadamente a las 3 a.m. tomamos una barca de regreso al muelle, y de ahí nos dirigimos hacía el segundo panteón, el de Tzintzuntzan, que estaá a unos 15 Km., llegamos en unos minutos, el frío era más intenso, al llegar al lugar, literalmente era un brillo naranja increíble lo que resplandecía, lejos de «darnos miedo» por ser un panteón de madrugada, se sentía un ambiente pacífico, cálido, melancólico, no había tumba que no tuviera altar, todo estaba lleno de veladoras, fogatas, flores de Cempazúchitl, fotos de quienes fueron en vida.
Casi las 5 a.m. y el camino lleno de niebla nos dirigimos al ultimo destino del tour, el panteón de Ihuatzio, caminamos entre los altares y la niebla, el sonido de los gallos ya se escuchaba, y algo de música de violines purépechas, no era tan silencioso como el panteón pasado, el ambiente se sentía muy familiar también, personas de todas las edades compartiendo un momento en el lugar donde descansa el cuerpo de quienes fueron alguien importante en sus vidas, llevándoles cosas y comida que les gustaba, sintiendo que están con ellos otra vez.
Donde comí:
El restaurante de Frida Kahlo está casi frente a la entrada de Sears del Centro Comercial Las Américas, el lugar si esta muy nice, el precio no es muy bajo pero la comida lo vale,
El café de Lilian’s coffee, está muuuy rico, hay varios por la ciudad, «Casa María» la decoración me encantó, el café buenísimo y el desayuno muy gourmet con el toque mexicano, y obviamente tenía que comprar café Michoacano para llevar de «La Lucha».

Rumbo al aeropuerto de CDMX
Son cuatro horas de Morelia a CDMX, pero cuando vas a bordo de estos autobuses ni las sientes 🙂