Moda Sostenible como filosofía de vida.

El pasado domingo llevamos a cabo una venta de garage colectiva, «Bazear mi closet», mas de 34 participantes y decenas de personas aún quedaron interesadas en participar por si organizábamos una segunda edición.


Los bazares no son nada nuevo, en mi ciudad existen los «tianguis», pero en lo personal no siento una atmósfera segura tanto como vendedora como compradora, es por eso que decidimos organizar uno por nuestra cuenta, este tipo de eventos son populares también en ciudades grandes, entre los participantes se compran, venden e intercambian ropa.

Uno de los objetivos es darle una segunda oportunidad a esos artículos que compramos alguna vez, pero usamos pocas veces, están en buenas condiciones, pero sabemos que ya no lo usaremos y tal vez a alguien más le pueda encantar y pueda ser parte de su closet, apostarle al «slow fashion».


Comprar ropa vintage o de segunda mano es una de las opciones para oponernos al «fast fashion» o moda industrializada, esas enormes cadenas de ropa que producen masivamente lo que está en auge pero no ofrecen un pago justo a sus trabajadores, los cuales además trabajan en condiciones inseguras, el proceso o los materiales dañan al medio ambiente, o sea, ropa que no es producida éticamente.

Para muchos hombres y mujeres la ropa es parte de nuestra identidad, el estilo dice quien somos, habla de cómo vemos al mundo y la vida. Pero hay que tomar la responsabilidad, ver más allá, consientizarnos, informarnos, investigar, preguntar ¿a quién estamos perjudicando con esto?, ¿qué tanto nos está afectando el consumismo?



Algunas de las medidas que yo he adoptado en lo personal para evitar caer en el consumismo y desperdiciar mi dinero en «moda desechable»:

– Adopté un estilo más clásico, básico, una paleta de colores similar, para que «todo» combine con «todo».
Algo que aprendí en los 8 meses que pasé fuera de México es que con mis escasos 8-10 outfits simplificaba mis mañanas, todo combinaba con todo, no tardaba tiempo en elegir lo que me iba a poner, solo me ponía lo que encontraba limpio.

– Busco que el material sea de calidad para que aguante varios años.
Si, la calidad es algo cara, pero trato de buscar en el área de clearance, y aprovecho las ofertas, lo veo como inversión por que es algo que usaré regularmente el mayor tiempo posible.

– Si en un año ya no se verá bien, NO lo compro.
Evito comprar prendas muy muy de BOOM, de esas llamativas que todos traen en este momento, todas quieren una, pero unos meses pasan a ser refundidas en el último cajón y no vuelven a ver la luz.

– Evito comprar por impulso, si se “ve muy bonito” pero no va conmigo no lo compro, otra cosa que aprendí en esos meses fuera, como el espacio del closet era bastante reducido, aprendí a no comprar por inercia, por que no iba a caber ni en el closet ni en mi maleta.
Hasta hace algún tiempo, no podía regresarme con las manos vacías de McAllen, pero al llegar a mi casa sentía una incomodidad de haber desperdiciado mi dinero en algo que no necesitaba y no me encantaba tanto.

– Evito comprar en cadenas como Zara, Bershka, Forever 21, H&M, etc.
no profundizaré en el tema, pero tienen fama de ser poco sustentable, producir masivamente de manera no ética.

– Evito acumular por que soy bastante desordenada, intento solo quedarme con lo que me hace feliz, con lo que tengo conexión, lo que me hace sentir YO, el caos y las cosas que no nos hacen sentir bien generan ansiedad.

También podemos fabricar nuestra propia ropa si sabemos usar la maquina de coser o si conocemos alguna buena señora que se dedique a la confección o comprarle a diseñadores independientes.


INSPIRACIÓN
Series en Netflix como «Minimalism» nos hace reflexionar sobre lo que realmente nos hace libres y felices, el menos es más, «The true cost» habla sobre quien está pagando el precio de la ropa barata, miles de personas son explotadas y mal pagadas mientras hacen tu blazer de 19 dlls, libros como «La magia del orden» que nos inspira a depurar nuestros espacios, o Zen Habits de Leo Babauta te motiva a ir más allá y simplificar hasta tus pensamientos, solo por mencionar algunas fuentes de inspiración.



Vianey es una amiga de Monterrey tiene un método que consiste en solo usar 15 prendas por temporada y combinarlas durante los 3 meses, me encanta el concepto, pero siento que no podría hacer eso con estos climas extremos.
Les dejo su instagram donde encontrarás su proyecto 15×3:
https://www.instagram.com/_vianeygutierrez/

Déjame tu opinión.


¿Que otro método agregarías para evitar caer en el consumismo?

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